11 de septiembre de 2012

GUAYAQUIL, LA PERLA DEL PACÍFICO

 Guayaquil, capital de la provincia del Guayas denominada por propios y extraños como la “Perla del Pacífico”, sus alrededores poseen uno de los potenciales turísticos más importantes de la nación, presentados en forma de un gran abanico de atractivos que van desde el vestigio histórico o arqueológico que puede ser apreciado en sus museos, hasta las reservas o emplazamientos en los que puede practicar el más fascinante ecoturismo.

Las playas más bellas del país, dotadas de una infraestructura hotelera que puede competir mano a mano con las mejores de América, se ven sustancialmente favorecidas por la cercanía de uno de los museos de sitio más interesantes de la región, muchos de los cuales permiten apreciar al visitante apreciar la extraordinaria antigüedad de los pueblos que florecieron en esta zona desde hace más de 10.000 años.

Actividades como la pesca deportiva, el surfing, las exploraciones ecológicas, el velerismo, son solo algunas de las muchas que pueden practicarse con maravilloso éxito en casi todas las poblaciones costeras de la provincia; sin mencionar la incomparable gastronomía cuyos mejores ingredientes, como una interminable variedad de mariscos, van del mar a la mesa, para el deleite del paladar más exigente.

La ciudad de Guayaquil, con la calidez de su gente, el embrujo de su historia y los mil y un sitios dignos de conocer, ofrece para turismo actividades que pueden ser combinadas con los viajes de negocios, tan frecuentes en los visitantes extranjeros que llegan a la mayor urbe del Ecuador.

Centro de negocios por excelencia, el principal puerto ecuatoriano posee un encanto especial, reflejado en sus parques, iglesias y monumentos, evocadores todos de una historia sin par en el continente americano.

Una historia y tradición que contrasta con la modernidad de nuevas construcciones, de un Malecón 2.000 lleno de vida diurna y nocturna , de los mayores centros comerciales de la costa oeste, enclave bancario, de múltiples intercambiadores y distribuidores de tráfico que la convierten en una ciudad ordenada, dinámica y comercial.

Es pues, Guayaquil un enclave, un destino turístico de primer orden, imprescindible en el itinerario de todo viajero que, además de las delicias de la naturaleza, desee conocer una ciudad hermosa, poseedora de un incomparable pasado, cuajados de monumentos tan terribles como fascinantes, de los que son ejemplo, tanto los que se vivieron bajo el ataque de los piratas, en tiempos coloniales, como los épicos y heroicos de los que fuera protagonista hasta los días en que Bolívar y San Martín sellaron en ella el destino de América.